martes, 1 de febrero de 2011

Sí, bwana: el problema de no cuestionarse la realidad social

Para evitar confusiones derivadas de la mal-interpretación del texto me gustaría aclarar que el contenido del mismo tan sólo persigue reflejar cómo afecta al nivel de hipocresía (ya de por sí alto) de nuestra sociedad el profundo arraigo que tiene el “falso progresismo” como a mí me gusta llamarlo, y en ningún caso hacer alusiones racistas o machistas.

Desde que somos pequeños recibimos una educación, en la mayoría de los casos basada en la pura memorización, cero razonamiento. No se enseña a reflexionar ni a tener tu propio criterio… y es que una masa que piensa se vuelve peligrosa, en cambio una población sumisa que no se cuestiona nada y acepta todo sin titubeos representa una amenaza mayor. Creo que Marx llamaba a esto “alienación”.

Lo cual es bastante divertido porque da lugar a situaciones como esta:

Situación número 1:

Un skinhead (ultra fascista) acuchilla en el metro a un “joven de ideología contraría” dicho joven era un red skin que fue a provocarlo, la sociedad se vuelca a favor del chico asesinado porque es lo políticamente correcto. Nadie cae en que ambos pertenecen a grupos de ideologías radicales y mucho cuidado con opinar algo que desentone.

Situación número 2:

Estás trabajando, y resulta que tienes un compañero inútil. Dicho compañero afecta a la calidad de tu trabajo con su incompetencia y hace algo grave que te repercute. Discutís fuertemente y se arregla (o no). Dicho compañero es una mujer, después de la fuerte discusión (discusión como compañeros de trabajo) decide denunciarte por que se yo… mobbing, acoso laboral o alguna cosa de estas que están de moda. Resultado: vete buscando un buen abogado si no quieres acabar en chirona.

Situación número 3:

Estás casado y por circunstancias de la vida te divorcias. Tu ex mujer resulta ser un bicho de mucho cuidado. Resultado: vete buscando un buen abogado si no quieres que te saquen hasta los ojos.

Situación número 4:

Eres dueño de una elitista discoteca de Madrid, con unos cánones de vestimenta de etiqueta, digamos muy estrictos. Se le niega la entrada a alguien por ir vestido con vaqueros y zapatillas, el cliente es sudamericano. Resultado: eres un racista.

Cualquier cosa que no sea responder "sí, bwana " te colocará la etiqueta de intolerante, aunque no lo seas, y es que estoy cansado de ver a las minorías camuflar sus errores o querer tener más derechos, cuando esto no se consigue es que te metes con su naturaleza. Así lo único que se logra es firmar un cheque en blanco para las minorías sociales, seamos serios y comencemos a cuestionarnos las cosas, para hacer de este un mundo más JUSTO de verdad y no más hipócrita y falso como diría Obelix: “Están locos estos romanos”


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